Ofrecer oraciones para que llueva (salat al istisqa') es una tradición Profética, como lo confirman los reportes auténticos y la práctica de las primeras generaciones del Islam. Ibn Qudamah (que Al-lah lo tenga en Su misericordia) dijo: "La oración para que llueva es una Sunnah confirmada (mu’akkadah), probada por la práctica del Mensajero de Al-lah (que la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él) y de sus sucesores (los califas, que Al-lah esté complacido con ellos)” (Al Mughni, 2/148).
Abu Dawud (1165), At-Tirmidhi (558), An-Nasa'i (1506) e Ibn Mayah (1266) narraron que Ishaq Ibn Abdil-lah Ibn Kinanah dijo: "Al Walid Ibn 'Uqbah, quien fue el gobernador de Medina, me envió a preguntarle a Ibn 'Abbás sobre la oración del Mensajero de Al-lah (que la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él) para que llueva (istisqa'). Dijo: ‘El Mensajero de Al-lah (que la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él) salió vestido con ropas modestas, caminando humildemente y suplicando a Al-lah, hasta que llegó al lugar de oración, donde ascendió al minbar, pero no dio un sermón como este. más bien, continuó ofreciendo súplicas (du’a), suplicando a Al-lah y recitando takbir, luego rezó dos rak'as como solía rezar en el Eid” (clasificado como bueno por Al Albani (que Al-lah lo tenga en Su misericordia) en Sahih Abi Dawud, etc.).
Y Al-lah sabe más.