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El mérito de limpiar la mezquita

Pregunta: 21538

¿Cuál es la recompensa de limpiar y ordenar la mezquita? ¿Y de ayudar al imám? Gracias

Texto de la respuesta

Alabado sea Al-lah, y que la paz y las bendiciones sean con el Mensajero de Al-lah.

Cuidar la mezquita y organizar lo que hay en ella, como las alfombras y similares, es algo loable y recomendado, y quien lo haga será recompensado por Al-lah por esta buena obra.

Al-lah, Altísimo, ha ordenado honrar las mezquitas, como en Su dicho (que se interpreta así en español): {[Esas hornacinas están] en las casas [de oración] que Al-lah permitió que fueran erigidas y honradas para que se invoque Su nombre. En ellas Lo glorifican por la mañana y por la tarde. [En las mezquitas hay] hombres a los que ni los negocios ni las ventas los distraen del recuerdo de Al-lah, la práctica de la oración prescrita y el pago del zakát, porque temen el día en que los corazones y las miradas se estremezcan} [Corán 24:36-37].

As-Suiúti dijo respecto a este verso: "En él se encuentra la orden de engrandecer las mezquitas y purificarlas de distracciones y suciedades" (Tafsír Al Qásimi, 12/214).

Entre las pruebas del mérito de quien se ocupa de esto está lo narrado en los Sahihain del hadíz de Abú Hurairah, que un hombre negro o una mujer negra solía limpiar la mezquita, y falleció. El Profeta (la paz y bendiciones de Al-lah sean con él) preguntó por ella y le dijeron que había muerto. Dijo: ‘¿Por qué no me lo informaron? Muéstrenme su tumba’, entonces fue a su tumba y oró por ella" (Bujari, 458; y Muslim, 956).

Y lo narrado por Abu Dawud (455), At-Tirmidhi (594) e Ibn Mayah (759) del hadíz de A’isha, quien dijo: "El Mensajero de Al-lah (la paz y bendiciones de Al-lah sean con él) ordenó construir mezquitas en los dúr y que se las limpiara y perfumara". Al Albani lo consideró auténtico en Sahih At-Tirmidhi con el núm. 487.

Ad-dúr significa los barrios y tribus.

El Profeta (la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él) consideró que escupir en la mezquita es una falta y dijo que su expiación es enterrarlo. En los Sahihain, del hadíz de Anas, se relata que el Mensajero de Al-lah dijo: "Escupir en la mezquita es una falta, y su expiación es enterrarlo" (Bujari, 415; Muslim, 552).

An-Nasá’i (728) e Ibn Mayah (762) narraron de Anas que el Profeta (la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él) vio una mucosidad en la qiblah de la mezquita, se enojó hasta que su rostro se enrojeció. Entonces, una mujer de los ansár vino, la raspó y colocó perfume en su lugar, y el Mensajero de Al-lah dijo: "¡Qué hermoso lo que hizo!".

El hadíz fue autenticado por Al Albani en Sahih An-Nasá’i y Sahih Ibn Mayah.

También está confirmado que el mismo Profeta (la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él) removió eso personalmente, como en los Sahihain, del hadíz de ‘Aisha, quien dijo:
"Vio en la pared de la qiblah mucosidad o escupitajo o flema, y la raspó" (Bujari, 407; y Muslim, 549).

Se han narrado ahádíz débiles respecto a la virtud de ello, que mencionamos solo para mostrar su debilidad; y en lo que está confirmado del Profeta (la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él) hay suficiente.

Abu Dawud (461) y At-Tirmidhi (2916) narraron el hadíz: "Se me presentaron las recompensas de mi nación, incluso por la basura que un hombre saca de la mezquita"; pero Al Albaní lo calificó como débil en Da’if At-Tirmidhi.

Ibn Mayah (757) narró el hadíz: "A quien saque algo perjudicial de la mezquita, Al-lah le construirá una casa en el Paraíso", y Al Albaní lo calificó como débil en Da’if Ibn Mayah.

Respecto al cuidado del imám, el Imám Muslim dijo en la introducción de su Sahih:
"No se debe rebajar a una persona de alta categoría por debajo de su grado, ni se debe elevar a quien tiene poco conocimiento por encima de su rango. A cada quien se le debe dar su derecho y colocarlo en su debido lugar. Se ha transmitido de A’isha (que Al-lah esté complacido con ella) que dijo: 'El Mensajero de Al-lah (la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él) nos ordenó tratar a las personas según sus rangos'".

Entonces, si el imám es una persona de virtud, conocimiento y rectitud, amarlo y preocuparse por él se incluye en el amor y respeto que se debe tener por los piadosos, lo cual es una buena obra.

Sin embargo, se debe tener cuidado de no llegar al punto de buscar bendición en la persona del imám ni frotarse con él, como hacen algunos. Esto no era parte de la guía de los primeros musulmanes con sus imames y sabios.

Y Al-lah sabe más.

Referencia

Fuente

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