Es permisible que el imám dirija la oración de las personas de la forma mencionada en la pregunta, así como también se le permite dirigirla estando sentado. Esta es también la opinión de Abu Hanifa, Ash-Sháfi’i y Ahmad (que Al-lah los tenga en Su misericordia).
La condición de quienes rezan detrás de él varía dependiendo de la condición del imám:
Primera situación: Si el imám inicia la oración estando sentado, quienes rezan detrás de él deben rezar también sentados.
Las evidencias para esta situación son:
- De A’isha, (que Al-lah esté complacido con ella), madre de los creyentes, que dijo: “El Mensajero de Al-lah (la paz y bendiciones de Al-lah sean con él) rezó en su casa mientras estaba enfermo, rezó sentado, y detrás de él rezaron personas de pie. Entonces les hizo una seña para que se sentaran. Luego, cuando terminó, dijo: ‘El imám ha sido hecho para ser seguido. Así que cuando él haga el rukú‘, hagan rukú’; cuando se incorpore, incorpórense; y si él reza sentado, recen sentados’” (Bujari, Adhán/657).
- De Anas Ibn Málik (que Al-lah esté complacido con él), quien dijo que el Mensajero de Al-lah (que la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él) montó un caballo y cayó de él, lastimándose el costado derecho, así que rezó una de las oraciones estando sentado, y nosotros rezamos detrás de él sentados. Cuando terminó, dijo: ‘El imám ha sido hecho para ser seguido. Así que, cuando él rece de pie, recen de pie; cuando haga rukú’, hagan rukú’; cuando se incorpore, incorpórense; cuando diga sami’a Al-lahu liman hamida, digan rabbana wa lakal hamdu; y si él reza sentado, recen sentados todos ustedes’” (Bujári, Adhán/648).
Segunda situación: Si el imám inicia la oración de pie y luego durante la misma se ve incapacitado para continuar de pie, entonces quienes rezan detrás de él deben continuar rezando de pie.
La evidencia de esta situación es:
De A’isha (que Al-lah esté complacido con ella), quien dijo: “El Profeta (la paz y bendiciones de Al-lah sean con él) enfermó gravemente y preguntó: ‘¿Han rezado ya las personas?’. Dijimos: ‘No, están esperándote’. Dijo: ‘Pongan agua en el recipiente’. Así que lo hicimos, se bañó, intentó levantarse, pero se desmayó. Luego despertó y volvió a preguntar: ‘¿Han rezado las personas?’. Dijimos: ‘No, te están esperando, Mensajero de Al-lah’. Dijo: ‘Pongan agua en el recipiente’. Se sentó, se bañó, intentó levantarse, pero se desmayó. Luego despertó y volvió a preguntar: ‘¿Han rezado las personas?’. Dijimos: ‘No, te están esperando, Mensajero de Al-lah, y la gente está en la mezquita esperando la oración del ‘Isha’’. Entonces el Profeta envió a decirle a Abu Bakr (que Al-lah esté complacido con él) que dirigiera la oración. El emisario fue donde él y le dijo: ‘El Mensajero de Al-lah te ordena que dirijas la oración’. Abu Bakr, que era un hombre sensible, dijo: ‘‘Umar, dirige tú la oración’. Pero ‘Umar (que Al-lah esté complacido con él) le dijo: ‘Tú eres más digno de eso’. Así que Abu Bakr dirigió la oración durante esos días.
Luego, cuando el Profeta sintió algo de mejoría, salió entre dos hombres —uno de ellos era Al ‘Abbás (que Al-lah esté complacido con él) — para la oración del Dhuhur, y Abu Bakr estaba dirigiendo la oración. Cuando Abu Bakr lo vio, intentó retroceder, pero el Profeta le hizo una seña para que no retrocediera. Dijo: ‘Siéntenme junto a él’. Así que lo sentaron junto a Abu Bakr, y Abu Bakr seguía rezando guiado por el Profeta, y las personas rezaban guiadas por Abu Bakr, mientras el Profeta estaba sentado” (Bujári, Adhán/655).
La forma en que se deduce la evidencia de este hadíz es que Abu Bakr (que Al-lah esté complacido con él) inició la oración de pie con la gente, y luego vino el Profeta y dirigió la oración a partir de donde Abu Bakr había llegado, y lo hizo sentado. Los compañeros rezaron detrás de él de pie, lo que indica que, si el imám inicia la oración de pie y luego se ve incapacitado de continuar así, quienes están detrás de él continúan rezando de pie.
Esto no afecta la validez de la oración ni elimina su bendición, si Al-lah quiere.
Consultar el libro Ahkám al imámah wa al i’timám fí as-salát, del autor Al Muníf, pp. 112–116; y Fath al Bári sharh Sahih Al Bujari, de Ibn Hayar, vol. 2, p. 174.
Y Al-lah sabe más.