Alabado sea Dios.
Si el trabajo de tu amigo implica colaborar en cualquier forma con alguna clase de estafa, engaño o robo, entonces no es permisible en absoluto, porque Dios, glorificado y exaltado sea, dijo (traducción del significado):
“Ayudaos unos a otros a obrar el bien y apartarse del mal, y no cooperéis en el pecado y la trasgresión. Y temed a Allah; por cierto que Allah es severo en el castigo” (Al-Má'idah, 5:2).
Pero si el trabajo no tiene nada que ver con cosas prohibidas, y la compañía también tiene otros departamentos que no realizan actividades prohibidas, entonces es permisible para tu amigo que trabaje allí, en ese otro departamento, sujeto a la condición mencionada arriba, que no debe colaborar con ninguna actividad ilícita en la ley islámica.
El Shéij Muhámmed ibn al-‘Uzaimín (que Allah tenga misericordia de él) dijo:
“No es permisible trabajar en instituciones que comercian con la usura, aun si fuera como guarda o como chofer, porque aceptar un empleo en una institución de estas características implica que uno está colaborando de alguna manera con las actividades que realiza. El musulmán que detesta el mal no debe de estar nunca de acuerdo con el trabajo y los intereses de los malvados. Por lo tanto, si trabaja defendiendo o colaborando con sus actividades e intereses de alguna forma, esto significa que las aprueba, y que no detesta el mal como debiera y como Dios le ha encomendado, y quien aprueba y colabora con algo prohibido, tiene una parte del pecado.
Pero si el empleado está directamente implicado en registrar, enviar dinero o depositarlo, o actividades como estas, entonces no puede quedar duda de que está tomando parte de transacciones ilícitas y prohibidas en la ley islámica. Se ha probado por el reporte de Yábir (que Dios esté complacido con él) que el Profeta Muhámmad (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) maldijo a quien consume las ganancias de la usura (los intereses), a quien lo paga, a los dos testigos, a quien escribe el contrato, y dijo: “Son todos lo mismo”. Fin de la cita de Fatáwa al-Islamíyah, 2/401.
Lo que debes hacer es denunciar a aquellos que están a cargo de estas actividades ilícitas, y aconsejarles que abandonen estos tratos. También debes aconsejar a los compradores, si tienes la posibilidad de hacerlo, y mencionarles las faltas presentes en los productos que están a punto de adquirir, o sus oscuros orígenes.
Con respecto al asunto de que no haya otro trabajo disponible, este es un pensamiento producido por la desesperación, es un pensamiento proveniente de Satanás. Dios dijo (traducción del significado):
“…y sabed que Allah siempre le dará una salida a quien Le tema, 3. Y le sustentará de donde menos lo espera” (At-Taláq, 65:2-3).
Hay muchas clases de trabajos permisibles. Por lo tanto, debes poner tu confianza en Dios y evitar todo lo que sea inmoral y prohibido.
Con respecto a la idea de que sus hijos mueran a causa del hambre, nosotros le preguntaríamos: aun asumiendo que eso llegara a suceder porque realmente en todo el país no puede encontrar un solo trabajo realizando alguna actividad permisible, ¿es mejor acaso ingresar eternamente al Fuego del Infierno antes que morir de hambre?
Más aún, Dios es Quien ha creado a los seres humanos, y Él es el único que les puede garantizar las provisiones que necesitan, tal como Dios dijo (traducción del significado):
“Y en el cielo está decretado vuestro sustento y lo que se os ha prometido” (Ad-Daariyát, 51:22).
“No matéis a vuestros hijos por temor a la pobreza. Nosotros somos Quienes les sustentamos y a vosotros también. Matarles es un pecado gravísimo” (Al-Isra’, 17:31).
Dios ha decretado la provisión de cada ser humano antes de que salga del útero de su madre, por lo tanto no temas si Dios reduce tu provisión, más bien teme por tu alma cuando se inclina hacia el mal y hacia las tentaciones para llevarte a cometer algún pecado. Dile que recuerde las palabras del Profeta Muhámmad (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él): “No hay cuerpo que se nutra de fuentes prohibidas, sin que el Fuego sea lo más apropiado para él”. Narrado por At-Tirmidi, No. 614; clasificado como bueno por al-Albani en Sahih at-Tirmidi.
A continuación siguen algunas historias de la vida del califa ‘Umar Ibn ‘Abd el-‘Azíz (que Allah tenga misericordia de él):
En una ocasión le trajeron algunas manzanas a ‘Umar Ibn ‘Abd el-‘Azíz para el tesoro de los musulmanes, y uno de sus pequeños hijos tomó una manzana. Él extendió rápidamente su mano y se la quitó colocándola donde estaba, y el niño corrió llorando hacia donde estaba su madre. Ella envió a alguien al mercado a que le compraran una manzana. Cuando ‘Umar volvió a su casa, notó que había olor a manzana en la casa y le dijo: “Oh, Fátima, ¿Has tomado tú algo del tesoro de los musulmanes?”. Ella le dijo: “No”, y le contó que ella había enviado a alguien a comprarle una manzana con su propio dinero. ‘Umar le respondió: “Por Dios, cuando yo se lo quité de la mano, fue como si la arrancara de mi propio corazón, pero yo no me condenaría ante Dios por causa de una manzana arrebatada del tesoro de los musulmanes”. Fin de la cita de Manaqib ‘Umar Ibn ‘Abd al-‘Azíz, por Ibn al-Yawzí, pág. 190.
En otra ocasión, ‘Umar Ibn ‘Abd el-‘Azíz ingresó al cuarto de sus hijas después de la oración de la noche para saludarlas, y cuando se dieron cuenta que él estaba allí pusieron sus manos sobre sus bocas y se apartaron. Él le preguntó a la guardiana que las cuidaba: “¿Qué es lo que les pasa?”. Y ella respondió: “No han tenido nada para comer para la cena excepto lentejas y cebollas, y no quieren que huelas el aliento que tienen”. Entonces ‘Umar lloró, y luego les dijo a sus hijas: “Oh, hijas mías, ¿en qué les beneficiaría vivir una vida de lujos, pero que su padre termine en el Infierno?”. Y luego de eso se puso a llorar sonoramente”. Fin de la cita de la biografía de ‘Umar Ibn ‘Abd el-‘Azíz, por el Dr. Al-Burunu, pág. 142.
En una ocasión se le recriminó a ‘Umar Ibn ‘Abd el-‘Azíz cuando estaba muriendo, por dejar a sus hijos en la pobreza. Él envió por ellos y había más de una docena de varones entre ellos. Los miró y sus ojos se llenaron de lágrimas, y les dijo: “Oh, hijos míos, a vuestro padre le ha sido dada la elección entre dos cosas, o que ustedes fueran ricos y que su padre fuera uno de los moradores del Infierno; o que ustedes fueran pobres y que vuestro padre fuera uno de los habitantes del Paraíso. Si ustedes son pobres pero su padre ingresa al Paraíso esto les será más querido para ustedes a que ustedes sean ricos pero su padre sea un morador del Infierno. Despabílense, que Dios les proteja”.
Y Allah es la Fuente de toda fuerza.